viernes, 28 de octubre de 2011

1961


Creo que por este medio jamás les hable de esta mujer, hace unos días la mujer más hermosa que conozco cumplió sus primeros cincuenta años de vida, que debo confesar que al decir la palabra “cincuenta años” me parecen muchos pero al verla a ella no veo reflejado ese número, simplemente porque se detiene en el tiempo, tan hermosa como hace treinta años atrás, es difícil hacerles entender a ustedes, queridos lectores, lo que esta mujer es para mí, la palabra ejemplo me queda chica, de sus cincuenta años me regalo vivir estos últimos veintitrés años a su lado, no es tarea fácil, no para mí sino para ella soportarme, pero sin embargo lo hace, esa persona que de tanto tenerla no te das una idea de la inmensidad de echadas de menos cuando pasa unos días lejos, mas allá de los hechos superficiales de llegar a casa tarde y saber que ella está ahí pese al sueño y cansancio esperándote con una comida, va mas allá de eso, es su calor, ese que desprende tan fuertemente, su olor, tan dulce y natural ese que siento cuando mi mejilla apoya su pecho en ese abrazo que me hace sentir una nena de nuevo, a su voz tan pacifica y a su mirada… esa mirada que hace unos años cambio, que se apago y eclipso, esa mirada que jamás volvió hacer la de antes, no les puedo explicar lo que se siente cuando veo atreves de esos ojos eclipsados de dolor una señal de luz, es la gloria misma. Una se nubla del día a día, de los problemas egoístas, de uno, de los problemas de los demás y muchas veces me siento agobiada , hasta podría decir que suelo deprimirme con facilidad, ya muchos descargos hago por este medio sobre el tema, me sumerjo en mis problemas y creo que nada tiene salida, que ya no tengo fuerzas para seguir, y de pronto me la cruzo a la mañana a ella, con su vitalidad, con su paz, con su ángel, la miro, la observo y sobre todo la admiro, ella tiene la fuerza para seguir, pese a todo… y es ahí cuando me levanto de golpe y me pongo todas las mochilas que la vida me ponga, mi ejemplo de vida y vitalidad.
Suelo ser una persona egoísta, pienso mucho en mis sentimientos, cuando me entere que iba a pasar este día lejos, debo admitir que me puse mal, para mí son fechas importantes, y como la poca autoestima que siempre tengo habla primero que la razón, lo primero que pensé fue “no quiere pasarlo conmigo”, de lo cual después y gracias a dios recapacite, pensé en su destino y pensé en esa luz en su mirada… esa misma que les hable antes, no tuve el gusto de ver esa mirada llena de luz al contemplar el sueño de su vida frente a ella, pero de tan solo imaginármela mi alma flota de felicidad, y fui feliz, porque allá a lo lejos, me sigue enseñando cosas, valores, a lo largo de la vida me enseño de todo, las cosas básicas como las morales, pero sobre todo me enseño los valores de la familia, del amor, de la amistad, del trabajo, del esfuerzo, del progreso, la fuerza de voluntad, las ganas, y ahora también me demuestra que vale la pena soñar, porque tarde o temprano todo llega, y amo que a ella le haya llegado.
Todavía no tengo el gusto de ser madre, pero no hay frase más típica que “Hago todo por mis hijos”, yo la cambio… yo hago todo por mi madre, doy mi vida por verla feliz, porque cuando pienso todo lo que tuvimos que pasar, alejo mi dolor y me pongo a pensar en ella, el ultimo ser en esta tierra que merecía vivir una cosa así, ella me dio la vida, esa que de tanto les hablo que tengo miedo a vivir, ella es el motor de mi vida, mi aliento incondicional, ojala la vida me premie siendo aunque sea un cuarto de lo que es ella como persona, como madre, como mujer.
Feliz cumpleaños mama